La nutrición en los niños
- Dra. Ana G. Lucas Quintero.
- 3 abr 2017
- 2 Min. de lectura

A raíz de las consultas de muchos padres preocupados por la alimentación y estilo de vida que llevan sus hijos, queremos compartir algunos detalles importantes a tener en cuenta antes de definir un plan para cambiar a un estilo de vida saludable.
La alimentación, en especial para niños pequeños, está un 90% del tiempo en manos de los adultos, por lo tanto, si su hijo lleva una mala alimentación, es por falta de conocimiento respecto a cuales son los alimentos saludables o simplemente porque los niños imitan lo que ven.
Los estudios dicen que si ambos padres tienen un peso normal existe un 7% de probabilidad que su hijo desarrolle problemas severos de peso, pero si uno de los padres está en sobrepeso el riesgo de que el niño desarrolle problemas de sobrepeso aumenta a un 40% y si ambos padres lo están, aumenta a un 80%, lo que refuerza el concepto de lo que se practica en casa es la herramienta principal con la que se educa al niño.
Vivimos en un mundo donde el consumo de alimentos tóxicos para el cuerpo son accesibles para los niños, principalmente los azúcares, que es lo que por costumbre piden.
Si los adultos, enseñamos y educamos a los niños en un estilo de vida sano, lograremos que lleven una vida saludable como hábito, como los otros tantos que frecuentemente les enseñamos, tales como limpiarse los dientes y comer con cubiertos. Para eso, los adultos debemos entender cómo funciona el cuerpo humano, lo que se debe comer y los momentos específicos para hacerlo, además debemos enseñarles el beneficio de los ejercicios y cuando se trata de niños, hacerlo más dinámico a través del deporte por ejemplo. La clave del éxito es adaptarse a los gustos de cada persona.
Sabemos que los niños en su mayoría no les gustan los vegetales que son fuente de vitaminas y antioxidantes esenciales, sin embargo con obligarlos no lograremos nuestros objetivos, ganamos más buscando otras alternativas. El objetivo es que se consuman alimentos por convencimiento propio no por imposición.
Es muy complicado decirle a un niño que no debe comer algo si a uno como adulto le cuesta, así como es realmente difícil explicarle a un niño que fumar es malo cuando uno como padre no ha podido dejarlo. Para hacer un cambio en la vida de los niños, hay que empezar por la nuestra, la imitación de nuestro ejemplo por parte de los pequeños se encargará del resto.

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