Mi primer día de la madre

Desde hace unos días quiero escribir sobre lo que significa para mi ser mamá, como ha cambiado mi vida y lo dichosa que me siento.

Decidí empezar compartiendo con ustedes un regalo que me dio una gran amiga de mi mamá cuando nació Clarita, porque cada vez que lo leo me emociono.

“Cuenta la leyenda que a un angelito que estaba en el cielo, le tocó su turno de nacer como niño y le dijo un día a Dios

• Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra, ¿Pero, como vivir? tan pequeño e indefenso como soy

• Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y que te cuidará

• Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y Sonreír, eso basta para ser feliz

• Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tu sentirás su amor y serás feliz.

• ¿Y cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que hablan los hombres?

• Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.

• ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?

• Tu ángel te juntará las manitos, te enseñará a orar y podrás hablarme

• He oído que en la tierra hay hombres malos ¿me defenderá?

• Tu ángel te defenderá más aún a costa de su propia vida

• Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor

• Tu ángel te hablará siempre de Mi y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado

En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso repetía con lágrimas en sus ojitos sollozando….

- ¡¡Dios mío, si ya me voy dime su nombre!! ¿Cómo se llama mi ángel?

- Su nombre no importa, tú le dirás: Mamá”

Creo que esta leyenda explica de manera muy sencilla lo que es ser mamá…

Me siento muy feliz de ser una de las personas que Dios eligió para cuidar, proteger y enseñarle el mundo a Clarita. Pero también, debo reconocer que por momentos es abrumadora la responsabilidad que implica llevar el título de mamá, me resulta difícil seguir siendo una buena hija, hermana, esposa, profesional y amiga, porque mi vida entera gira en torno a criar una hija sana y feliz.

Habiendo dicho esto… pido disculpas si ya no soy la misma de antes, hago mi mejor esfuerzo por cumplir con todos… pero les puedo asegurar que ¡soy más feliz que nunca!

Feliz día a todas las mamás que me enseñan con su ejemplo… y como les digo frecuentemente: “es mucho más fácil dar indicaciones que seguirlas” y “no creo que ahora que soy mamá sea mejor pediatra, pero les aseguro que ahora las entiendo mucho más que antes”