Movimientos Antivacunas ¿Culpa
- Dra. Ana G. Lucas Quintero.
- 5 jun 2018
- 3 Min. de lectura

En Panamá convivimos quienes creen que Dios existe y quienes son ateos; los que defienden y protegen a políticos corruptos, y los que organizan marchas y campañas contra la corrupción; también están los anti-vacunas. En mi opinión personal, los últimos pueden convertirse en un peligro para la salud pública.
Las vacunas son uno de los grandes éxitos de la medicina, después del agua potable, constituyen la intervención que más ha reducido la mortalidad, incluso más que los antibióticos. Antes de que existiesen las vacunas, las enfermedades infecciosas mataban a millones de personas por año, por ejemplo, en la pandemia de gripe de 1918 murieron más de 50 millones de personas a nivel mundial. Estos hechos históricos, hoy los conocemos porque los leemos en internet o en los libros, pero gracias a las vacunas nuestra generación tuvo la suerte de no vivir epidemias tan letales como esa.
Mientras que el Ministerio de Salud invierte mucho dinero para tener vacunas disponibles para proteger a toda la población, en algunos lugares hay movimientos que las rechazan. Los anti-vacunas, inundan el internet con mentiras y mitos que exageran sus efectos secundarios, generan miedos en nombre de “lo natural” frente a “lo químico”, inventan teorías conspirativas a cargo de las farmacéuticas y aprovechan los errores que han existido en la historia de los tratamientos médicos como ejemplos para apoyarse.
A raíz de la marcada desinformación de algunas personas y de su poder en los diferentes medios de comunicación, se crean opiniones erradas en la sociedad, haciendo un daño irreparable e incluso que mucha gente muera, siendo los más afectados los niños que dependen de sus padres para acceder a la vacunación y protegerse contra algunas enfermedades.
Comparto con ustedes algunos datos de los últimos brotes y epidemias de enfermedades prevenibles por vacunas:
En Estados Unidos de América, la temporada de influenza de este año es más intensa que cualquier otra que se haya dado desde la pandemia de gripe del 2009. En todo el país, 114 niños han muerto de influenza hasta el 24 de febrero, según el Informe semanal de vigilancia de la influenza en EEUU, de los Centros de Control de Enfermedades.
En las Américas, durante el 2017, se notificaron 272 casos de sarampión confirmados por laboratorio en cuatro países: Argentina, Canadá, Estados Unidos y la República Bolivariana de Venezuela.
En Europa, el sarampión sigue ocasionando brotes y una morbilidad y mortalidad importantes; solo dos países: Malta y Letonia, han notificado cero casos. En 2017 hubo tres veces más casos que en el 2016 y el 87 % de los enfermos no estaban vacunados.
En Venezuela, el año pasado hubo una alarmante reaparición de la difteria. La directora de Epidemiología del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Miriam Morales, informó que todos los casos en niños se dieron porque no estaban vacunados.
Brasil, desde finales de 2016 sufre brotes de fiebre amarilla. Según las autoridades brasileñas, desde julio de 2017 se han registrado 130 casos de fiebre amarilla y 53 fallecimientos por la enfermedad.
Las vacunas no siempre son efectivas, por lo que es posible que una persona vacunada se contagie si está expuesta a la enfermedad. Incluso, hay personas que no pueden vacunarse porque tienen alguna enfermedad de base o están bajo ciertos tratamientos que debilitan su sistema inmunológico, o porque son alérgicas a algún componente de la vacuna; estas personas dependen de la inmunidad colectiva para su protección. Quienes deciden no vacunarse no solo están arriesgando su salud, sino también la de otras personas.
¡Vacunarte es protegerte y proteger a los demás!

Komentarai